Ocho meses.

Jimin estaba exhausto, era el cumpleaños de Taehyung y a Yoongi se le había ocurrido la magnífica idea de hacerle una fiesta de colores y técnicamente trataba de llevar comida de algún color particular, para la mala suerte del rubio le había tocado gris, no existía nada de ese color.

Perdió todo la mañana en el super y solo logró conseguir cinco cosas, le dolían sus brazos, tenía una rara picazón sobre su estómago y ya lo había rascado miles de veces durante la última hora.

Ni hablar de sus pezones, estaban extrañamente hinchados e incluso húmedos. Últimamente sus pechos se habían vuelto enormes, bueno, quizás no tanto sin embargo lucían algo grandes y tenían esta especie de dolor que solo se aliviaba cuando su novio se encargaba de ellos.

Cargando la canasta entró a la casa de Yoongi, se escuchaba música sonando desde el jardín, caminó y vio algo que casi le causó nauseas, ahí en medio del jardín estaba él: Yugyeom el ex casi algo de Jungkook.

Cuando Jimin conoció a su novio, el pelinegro solía follar demasiado y no le interesaban las relaciones a largo plazo y de alguna manera Yugyeom fue casi la excepción.

Yugyeom es primo de Taehyung, y cuando conoció a Jungkook inmediatamente tuvieron demasiada química al grado que el pelinegro le pidió ser oficiales, sin embargo Yugyeom prefería el término amigos con beneficios. Semanas después Jeon conoció a Jimin y Yugyeom quedó en el olvido.

—Chico —escuchó la voz de San, colega de Taehyung y de su novio—. ¿Qué daño te hizo la pobre canasta?

Bajando sus ojos a la canasta que llevaba en su manos, miró que la estaba presionando demasiado.

No le importó e ignorando a San caminó directamente a su novio —Bebé —susurró con una voz tan ridículamente chillona.

—Pastelito —le respondió Jungkook besando su frente—, me estaba preguntando porqué no llegabas.

—Te extrañé —respondió Jimin en su lugar y rodeó el cuello de su novio para después besarlo, ruidos mojados fue lo siguiente que se escuchó y cuando por fin se separaron, Jimin miró a la persona que estaba al lado de Jungkook—. Oh, ¿Yugbeom?

El chico con una mueca de fastidio lo miró —Es Yugyeom.

—Cierto, disculpa pero eres tan insignificante que olvido tu nombre.

—¿Seguro? —pregunta Yugyeom—. Recuerdo verte hace unos minutos mirarme tanto que pensé que pedirías un autógrafo, y es tan difícil de no verte por tu tamaño.

—Yugyeom detente —gruñó molesto el pelinegro, y es que aunque Gyeom fuera uno de sus mejores amigos, nunca permitiría que ofendieran a Jimin, de ninguna manera.

—El idiota de tu novio comenzó —y molesto se fue.

—Odio esto —sin poder evitarlo susurró Jimin con su voz siendo casi silenciosa, sin esperar mucho dejó la canasta y se fue.

Cuando entró a la cocina sintió una mano detenerlo, era Jungkook —¿Qué ocurre bebé?

Sin poder evitarlo un sollozo se escapó, y lágrimas traicioneras comenzaron a correr sobre sus mejillas —Ese estúpido me llamó gordo y lo odio, lo odio tanto.

—¿Desde cuándo te importa lo que Yugyeom u otras personas piensen de ti?

—Desde siempre, es imposible ser tan seguro de ti mismo cuando tu novio luce como un jodido Dios griego y yo soy un desastre —dice dejando salir un par de lágrimas—. No puedo evitar pensar que no eres mío, que en cualquier momento alguien llegará y te irás.

Jungkook se quedó en silencio, jamás imaginó que Jimin se sentía de esa manera.

—Cásate conmigo. Te amo desde mucho tiempo atrás, puedo decir que lo hago desde que te vi por primera vez —hace una pausa y baja su mirada, sonriendo—, desde que te vi con tus pantalones rojos y tus tirantes, siendo tan bonito y ruidoso desde ese momento estoy seguro que te amo pastelito, hablo muy enserio con lo de casarnos porque desde que aceptaste salir conmigo por primera vez fui completamente tuyo, Jimin soy eternamente tuyo.

—Te amo Jeon Jungkook, y sí quiero que seas mi esposo.

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Han pasado dos semanas desde aquella propuesta. Jimin estaba feliz y cansado muy cansado físicamente.

Habló con Namjoon, su jefe y le pidió licencia médica y es que últimamente sus pies estaban increíblemente hinchados, en general se sentía hinchado.

Hace dos días comenzó esa extraña dieta para bajar de peso porque de alguna manera había subido diez kilos extras, increíble. Jungkook decía que él amaba como sus caderas se habían vuelto increíblemente anchas, y sus muslos gordos.

—Entonces, me adelanto con mamá y llegas tú por la noche —dice Jimin, sus pies dentro de una pequeña tina de agua en un intento que dejaran de estar inflamados.

—Si pastelito, debo ir al colegio y revisar unos papeles —respondió Jungkook acercándose donde estaba Jimin, besó su frente—. Te veo en la noche.

Jimin quería contarles a sus padres sobre la nueva noticia, su compromiso, pero su novio no podía viajar con él.

Jungkook tenía una junta con la directora del colegio, y después llegaría a la casa de la madre de Jimin.

Piernas hinchadas. En este punto sentirás que todo en ti es más grande, incluidos los pies y las piernas. En la mayoría de los casos se debe a la retención excesiva de líquidos y a las hormonas.

Además, el útero ejerce presión en algunas venas al aumentar de tamaño, lo que puede reducir o ralentizar el flujo sanguíneo desde la parte inferior del cuerpo hasta la parte superior.